domingo, 13 de marzo de 2016

Etnología: lenguas, religiones, etnias, nacionalidades, minorías

La etnología es la ciencia social que estudia y compara las diferentes etnias o pueblos y culturas del mundo. Etnia puede definirse como “comunidad humana definida por afinidades raciales, lingüísticas, culturales, etc.” [1] donde entre los “etc.” se suele incluir, en primer lugar, las religiones. En esta entrada de blog se darán una pinceladas de algunos elementos etnológicos de los pueblos de Europa del Este, principalmente las lenguas y las religiones, y se identificarán los principales problemas nacionales relacionados con las minorías étnicas.

Lenguas

El principal elemento definitorio de una etnia es la lengua aunque no siempre es así ya que, por ejemplo, en la antigua Yugoslavia varias etnias comparten el mismo idioma otrora llamado serbocroata (hoy tiene denominaciones “nacionales”: serbio, croata, bosnio e incluso montenegrino) y son las religiones ortodoxa, católica y musulmana que determinan esencialmente quien es serbio (o montenegrino), croata o bosnio. En los países de Europa del Este objeto de este blog no es así y son fundamentalmente las lenguas que identifican las etnias, con excepción de la etnia gitana que muestra una gran diversidad desde el punto de vista lingüístico como se verá más adelante, aunque, por lo general, tiende a adoptar la lengua mayoritaria del país donde vive.

En Europa del Este las lenguas muestran una gran diversidad en cuanto a su pertenencia a familias y subfamilias lingüísticas. Como en el resto de Europa, la mayoría es de la familia indoeuropea, con excepción del estonio y del húngaro, que son lenguas finougrias (o ugrofineses, de la familia urálica, y del turco (minoría de Bulgaria) y del gagauzo (minoría de Moldavia) que son lenguas túrcicas de la familia altaica. Así, las lenguas europeas, si se incluye también la República Democrática Alemana (RDA), pertenecen a las subfamilias siguientes:
  • Lenguas bálticas: letón y lituano. 
  • Lenguas eslavas: 
    • Grupo occidental: polaco, checo, eslovaco, sorbio (minoría en la RDA), silesio y casubo (para algunos un dialectos del polaco, aunque reconocidas en Polonia como lengua étnica minoritaria).
    • Grupo oriental: ruso (minorías en Estonia, Letonia, Lituania y Moldavia), bielorruso (minoría en Letonia y Lituania) y ruteno (variante del ucranio, minoría en Eslovaquia). 
    • Grupo meridional: búlgaro. 
  • Lengua germánica: alemán (RDA, minorías en Hungría y en Rumania). 
  • Lengua latina: rumano (Rumania y Moldavia donde a menudo se llama moldavo). 
  • Lenguas finougrias: estonio, finés (minoritario en Estonia) y húngaro. 
  • Lenguas túrcicas: turco (minoría en Bulgaria) y gagauzo, una lengua derivada del turco (Moldavia).
Prácticamente todas estas lenguas se escriben con el alfabeto latino, excepto el búlgaro y el ruso. Los alfabetos se caracterizan por el uso elevado de dígrafos y de signos diacríticos para designar los fonemas muy variados no existentes en el latín.

Las lenguas de Europa del Este se visualizan, junto con las del resto de Europa, en el mapa de la Figura 1.

Figura 1: Mapa de las lenguas de Europa (fuente: http://thedockyards.com/linguistic-maps-of-europe/)

La Tabla 1, por su parte, sintetiza la información relativa a lenguas en la región de Europa del Este: lenguas, familias, subfamilias, países, número de hablantes, incluyendo las lenguas minoritarias habladas por un mínimo de 100.000 personas, excepto las minorías históricas como el sorabo en la RDA o el ruteno en Eslovaquia (cifras redondeadas a decenas de miles).

Tabla 1: Características de las lenguas y de las etnias de Europa del Este (elaboración propia y EUROMOSAIC III, http://bookshop.europa.eu/en/euromosaic-iii-pbNC7406031/)


Religiones

Como se ha dicho, la religión no es el elemento definitorio de las etnias en ninguno de los países de Europa del Este. No obstante, en casi todos los países existe una religión que puede asociarse a la etnia principal de cada país. Así, Estonia y Letonia son países luteranos, Lituania, Polonia, Chequia y Eslovaquia son católicos mientras que Rumania y Bulgaria o, más exactamente, los rumanos y búlgaros son ortodoxos. La excepción son los húngaros, mayoritariamente católicos aunque una tercera parte de la población siendo protestante, principalmente calvinista, y el porcentaje es aún más elevado de los húngaros en el este del país y en Transilvania, excepto los siculos (székelyek), un grupo étnico húngaro compacto en el este de Transilvania, que son mayoritariamente católicos (Figura 2).


Otra cosa es la práctica de la religión. En general, ésta es superior a la mayoría de los países de Europa occidental, fuertemente secularizados, dado que la religión aún constituye un elemento de autoafirmación de buena parte de la población en contra de los antiguos regimenes comunistas (Figura 3).

Figura 3: Mapa de la religiosidad (“creer en Dios”) en Europa (fuente: Eurobarometer Poll 2005)

Pero en esto también hay excepciones: la República Checa (el país más irreligioso de Europa) está por debajo de 10% de creyentes, Estonia por debajo de 20% y Letonia por debajo de 30%. Los países de religiosidad más alta son aquellos en los que la religión se ha ido asociando con un nacionalismo ferviente: los polacos católicos, entre alemanes (antiguos prusianos) luteranos y rusos ortodoxos, con más de 80% de creyentes activos, y los rumanos ortodoxos en contraposición de los vecinos y la minoría húngara, católicos y protestantes, con una religiosidad declarada de más de 90%.

Etnias, nacionalidades, minorías

Las etnias de Europa que, como se ha dicho, son esencialmente de base lingüística en los países objeto de este blog, se visualizan por las regiones NUTS 2 de la UE (equivalentes a las comunidades autónomas españolas) en la Figura 4, con indicación de las etnias minoritarias en países en que no forman parte de la nacionalidad constituyente del estado.

Figura 4: Mapa étnico de Europa basado en las lenguas (fuente: http://thedockyards.com/linguistic-maps-of-europe/)

Entre éstas, destacan los húngaros: más de un 20% de ellos, es decir, uno de cada 5 vive fuera de las fronteras en los países limítrofes, principalmente en Eslovaquia (medio millón), Rumania (un millón y medio), Serbia (300.000) y Ucrania (160.000), debido a la delimitación de fronteras sancionada por los Tratados de Trianon de 1920 y de París de 1947. La mayor de estas minorías, la de Rumania, representa un 8% de toda la población del país y 22% de la población de la región de Transilvania, pero la minoría húngara en Eslovaquia también se acerca al 10%. Existe también una minoría turca considerable, más de un 8% de la población total. Finalmente, cabe destacar la minoría rusa muy numerosa en los países bálticos: 25% en Estonia, 29% en Letonia y 6% en Lituania (donde, dicho sea de paso, la minoría polaca también llega al 7%).

Dos de los países de la región, la República Checa, Polonia y Hungría, carecen de minorías significativas. Los primeros dos como consecuencia de los exilios forzosos de millones de alemanes después de la Segunda Guerra Mundial (7 millones de Polonia y 3 millones de Checoslovaquia), ya señalados en la entrada “Población. Demografía. Migraciones”, bajo el capítulo “Migraciones”, y el tercero debido a los tratados de paz mencionados que redujeron el país al territorio “étnicamente limpio” y, como se ha comentado antes, incluso más allá.

En la mayoría de países existen legislaciones que reconocen, en mayor o menor grado, los derechos culturales de las minorías. Estas legislaciones son más desarrolladas en aquellos países en los que la importancia de las minorías en número de población y porcentaje es poco significativa, como Polonia y Hungría, y menos desarrolladas en países que tienen un problema real de minorías como Eslovaquia y Rumania y, en realidad, por muy significativas que sean las poblaciones correspondientes, en ningún país se reconocen las lenguas minoritarias como oficiales. Por otra parte, en ningún país se ha podido plantear políticamente la autonomía territorial de estas minorías aunque, como se puede ver en los mapas de la Figura 5, la minoría húngara vive en zonas claramente delimitadas donde tiene mayorías absolutas en numerosos municipios.



Figura 5: Mapa de la minoría húngara señalando las mayorías municipales en Eslovaquia y en Rumania (fuente: Wikipedia, Demographics of Slovakia and Rumania).

De hecho, el único movimiento político que lucha por la autonomía territorial de una minoría es la del País Siculo (Székelyföld), el territorio identificado en el mapa inferior de la Figura 5, con un apoyo político muy significativo del actual gobierno húngaro de Viktor Orbán (Figura 6). Esta autonomía tenía un antecedente, la Región Autónoma Húngara, que existía entre 1952 y 1960 más o menos en la misma zona, aunque, según muchos, no fue más que una concesión formal sin contenido hacia la minoría húngara.

Figura 6: Manifestación para la autonomía del País Siculo (Székelyföld) en Târgu-Mureş (Marosvásárhely) (fuente: erdely.ma)

Otra problemática representan las minorías rusas en los países bálticos donde, a pesar de su importancia poblacional, los individuos carecen a menudo incluso de los derechos de ciudadanía elementales. Así, en Estonia (un 25% de la población) y Letonia (29%), sólo la mitad aproximadamente dispone de la ciudadanía estonia y el acceso a ella por los demás habitantes rusófonos está muy dificultada por un proceso de naturalización compleja.

Tal como ya se ha expuesto en la entrada anterior de “Organización política actual”, la problemática de las minorías étnicas en Moldavia es un caso aparte. El país cuenta con dos zonas llamadas semiautónomas, Gagauzia (Găgăuzia) y Transnistria (Stânga Nistrului), pero, en realidad, se trata de una situación de facto: Transnistria (territorio más allá de Dniéster), con una población mayoritaria de ucranianos y rusos, está gobernado por unas fuerzas separatistas pro-rusos y los gagauzos tampoco aceptan las políticas del gobierno de Moldavia.

Los judíos

Desde un punto de vista etnológico, la población judía de los países de la región del Este de Europa constituye una particularidad que es necesario abordar de forma separada. Definir quien es judío y quien no, sin embargo, es notoriamente complejo debido a las definiciones varias y complicadas de la ley judía. Además, establecer las poblaciones judías europeas es especialmente complicado debido a la historia judía del siglo XX y más aún en la región objeto del blog que sufrió la mayor parte de las exterminaciones del holocausto.

Así, según la definición del Institute for Jewish Policy Research [2], en los estudios demográficos se habla de dos tipos de población: población “nuclear” (“core” population), aquellos que se reconocen como tales en las encuestas sociológicas y no han adoptado otra religión, y población “ampliada” (extended population) que incluye la población nuclear y aquellas personas de padres o abuelos judíos que han abandonado la religión o han adoptado otra. Según estas definiciones, la población judía de los países de la región se presenta en la Tabla 2, con estimaciones procedentes del citado instituto (Ibid.):

Tabla 2: Población judía “nuclear” y “ampliada” en los países de Europa del Este

La población judía de la región es, por tanto, muy reducida si se tiene en cuenta que los países de esta región, junto con las actuales Bielorrusia y Ucrania, fue la denominada “pale of settlement” (zona de confinamiento) de los judíos antes de la Primera Guerra Mundial y tuvieron las mayores concentraciones de judíos asquenazíes, es decir, de origen alemán o centroeuropeo, de Europa y que, la población estimada de 1939 de estos países sobrepasaba los 5 millones de personas. Estas cifras muestran por si solas los terribles “resultados” del holocausto nazi de la Segunda Guerra Mundial y de la emigración de muchos judíos al Estado Israel que se estaba formando a la sazón en Palestina. De la Tabla 2 puede deducirse que más de la mitad (un 57%) de la población judía actual de la región se encuentra en Hungría lo que se debe al hecho de que la maquinaria de exterminio que implantaron los nazis después de la ocupación del país en marzo del 1944 no consiguió “acabar su tarea” y, a pasar de deportar y asesinar unas 400.000 personas, los judíos de la capital, Budapest, consiguieron sobrevivir en el gueto de la ciudad.

La etnia gitana o romaní


Como caso especial, debe abordarse también La etnia gitana o romaní, llamada también zíngara, rom, sinti, manouche, caló o boyash también presenta un caso particular dentro de la etnología europea. Se trata de un pueblo originario de la región noroeste del subcontinente indio que migró a Europa a través de Anatolia y los Balcanes a principios del siglo XIV. La Europa Central y Oriental, es decir, los países que integran la región objeto de este blog, concentra la mayor población de gitanos de Europa.

La población gitana actual de Europa se estima en unos 10 millones de personas, es decir alrededor del 1,5% de la población total europea. Es, por tanto, la minoría más importante de Europa y la mayor parte de ella vive en la UE. Los gitanos de Europa que, como grupos principales incluye los romaníes de Europa central y oriental, los sintis o manouches de Europa occidental y los calós de la Peninsula Ibérica, son una etnia enormemente diversa dividida en numerosas comunidades incluso dentro de los mismos países de residencia. En muchos países se les considera una minoría étnica (y no nacional) y, como se verá más adelante, su presencia es más que significativa en Europa del Este.


Tal y como lo expone una comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo de 2012 titulado Las Estrategias Nacionales de Integración de los Gitanos: un primer paso para la aplicación del marco de la UE [3], “los gitanos [...] son muy a menudo víctimas del racismo, la discriminación y la exclusión social y viven en condiciones de pobreza extrema, sin acceso a asistencia sanitaria ni a viviendas dignas. Numerosos niños y mujeres gitanos son víctimas de la violencia, la explotación y la trata de personas, incluso dentro de sus propias comunidades. Muchos niños gitanos están desescolarizados y vagan por las calles. El desfase en los niveles educativos y la discriminación en los mercados laborales han llevado a los gitanos a elevadas tasas de desempleo e inactividad o a empleos de baja calidad, poco cualificados y mal remunerados.”

Sin embargo, no todos los gitanos viven en estas circunstancias, hay comunidades y grupos relativamente prósperos, generalmente comerciantes, a menudo pero no siempre ambulantes, y hay incluso grupos que han alcanzado cierto prestigio en la sociedad como, por ejemplo, los músicos zíngaros, de bandas tradicionales, de jazz o de música clásica en Hungría, un estatus similar a los bailaores y cantaores de flamenco en España.

Los gitanos ocupan un lugar particular en la imaginación europea como “nómadas” lo que la mayoría de ellos considera errónea y estigmatizante. Las razones para esta consideración provienen de los relatos tradicionales y del hecho de que algunos grupos “gitanos” (aunque hoy día un número muy pequeño de personas) siguen siendo nómadas, en particular en Francia, Rumania y países de la antigua URSS. A esta idea ha podido contribuir, precisamente, el desplazamiento masivo de romaníes rumanos, principalmente aunque no solamente, a países de lengua latina de Europa occidental, en particular España, Francia e Italia, donde, por sus costumbres y comportamiento distinto a las importantes comunidades existentes han causado cierto rechazo entre la sociedad (Figura 7).


Figura 7: Un grupo de gitanos rumanos en Madrid (fuente: El Mundo, 21/11/2014)

En cuanto a sus rasgos distintivos lingüísticos, las comunidades gitanas, aparte de conocer, por regla general, las lenguas nacionales de los estados, suelen hablar diversos dialectos del romaní u otras lenguas más minoritarias como el beash o el yenich como lenguas “domésticas”. Sin embargo, existen también comunidades importantes que no hablan romaní sino las lenguas de sus países de residencia incluso como lenguas “domésticas”, como los romungro el húngaro y varios grupos en Rumania y en Hungría el rumano.


Aunque por motivos distintos que en el caso de los judíos, la estimación de las poblaciones gitanas es igualmente difícil. Los censos oficiales de los distintos estados no suelen reflejar el número real de los miembros de esta etnia ya que los romaníes a menudo son reacios a anotar su identidad étnica y registrarse como tales por miedo a discriminaciones o porque se consideran estar en vías de asimilación y, por tanto, no se identifican enteramente como gitanos. Por ello, los datos oficiales son en general muy inferiores a las estimaciones hechas por organizaciones romaníes. Así, en la Tabla 3 siguiente elaborada a partir de los datos contenido en un estudio de la OSCE [4], se recogen tanto los datos de los censos como las horquillas de las estimaciones para los distintos países de la región.


Tabla 3: Población de la etnia gitana en los países de Europa del Este (fuente: OSCE)


De la tabla puede apreciarse, en primer lugar, la gran diferencia entre las cifras de los censos oficiales, antes comentada, que en países como Chequia o Eslovaquia son muy significativas. El porcentaje global de la etnia gitana con respecto a la población total es del 4% pero la región puede dividirse en dos subregiones en cuanto a la presencia de gitanos: mientras que en la mitad norte los porcentajes no sobrepasan el 2%, en la mitad sur, concretamente en Eslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria, se acercan al 10% y en Bulgaria incluso lo sobrepasan. Esto quiere decir que la etnia gitana es en estos países la primera o la segunda minoría lo que, debido a las mencionadas situaciones de pobreza, discriminación y exclusión, puede derivarse a comportamientos racistas no solamente en los países de Europa del Este, sino también, debido a las migraciones de importantes comunidades, incluso en la parte occidental de la UE.

Referencias

[1] Diccionario General de la Lengua Española. Real Academia Española, 1992.
[2] Jewish Populations in Europe. Institute for Jewish Policy Research, http://www.jpr.org.uk/map
[3] European Commission (2012). National Roma Integration Strategies: a first step in the implementation of the EU Framework. Communication from the Commission to the European Parliament, the Council, the European Economic and Social Committee and the Committee of the Regions. COM(2012) 226 final.
[4] Cahn, C. y Guild, E. (2010). Recent Migration of Roma in Europe (Migración reciente de romaníes en Europa). Comisionado para el Derecho del Hombre. Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE); disponible en internet en: http://www.osce.org/hcnm/78034?download=true.

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